El escándalo de Facebook

Cambridge Analytica, una empresa británica, que usaba el análisis de datos para desarrollar campañas políticas, obtuvo desde 2014 datos de 50 millones de usuarios de Facebook. Los obtuvieron a través de una aplicación desarrollada por el profesor Aleksandr Kogan, que fue descargada y usada con las credenciales de Facebook por 270.000 personas. 

Estos usuarios, daban su consentimiento para que sus datos fueran usados en análisis y estudios a cambio de hacerse uno de los típicos y poco fiables «test de personalidad», que era la finalidad de la app. El problema es que esta aplicación no solo recogió los datos de estos usuarios registrados, sino también de sus amigos, llegando a alcanzar esos 50 millones de usuarios, que fueron a parar a manos de Cambrigde Analytica.

Por lo menos 30 millones de esos usuarios contaban con la suficiente información para hacer perfiles psicológicos y ser usados con fines políticos. Por ejemplo, mostrándoles propaganda personalizada. 

Fue uno de los mayores escándalos en torno a la privacidad de los datos y las redes sociales. El caso de Facebook provocó su caída en Bolsa salpicando a otras tecnológicas, como Google o Twitter, e involucrando a 50 millones de usuarios de la red social y a gobiernos de varios países. Los diarios The New York Times y The Guardian publicaron reportajes denunciando un uso indebido de datos de los usuarios de la red social más popular.

Mark Zuckerberg, confesó que se habían cometido errores y asumió la responsabilidad de proteger los datos de los usuarios. En las redes sociales se inició un movimiento con el claim #DeleteFacebook (elimina Facebook), solicitando que los usuarios se den de baja de la red social. 

La ciberseguridad al cien por cien no existe. Y la privacidad y protección de los datos completa, tampoco. Sin embargo, hay mucho que podemos hacer los usuarios para proteger al máximo nuestros datos en redes sociales. Además de evitar publicar y compartir información confidencial de forma pública en redes sociales debemos revisar nuestra configuración de privacidad para evitar que aquellos usuarios que no sean de confianza puedan acceder a esa información. Además, podemos limitar el acceso a la información privada que hacen las aplicaciones que se sincronizan con Facebook a solamente aquellos datos que queramos revelar. 

Los usuarios han sido las víctimas de un abuso por parte de compañías que han utilizado sus datos sin su consentimiento. Pero no hay duda de que se necesita mayor conciencia y preocupación por cómo se manejan los datos en este tipo de servicios. Por eso es imprescindible saber cuáles son los términos y condiciones que se aceptan cuando alguien se da de alta en una red social y también revisarlos cuando éstos sufren algún cambio. 

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